La siguiente es una entrevista realizada a un jugador profesional de póquer argentino, José Ignacio Barbero. La misma fue publicada en Marzo de 2007 por Noticias, una prestigiosa revista de política y actualidad.
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Es uno de los mejores jugadores de póquer del país. Cómo aprendió a ganarse la vida jugando por Internet. Mujeres y billetes.
Después de perder U$S 800 en una noche aprendió que hay pocas formas de ganar dinero menos azarosas que con las cartas. Ignacio Barbero (25) es uno de los mejores jugadores de póquer profesional de la Argentina, que viaja por el mundo apostando en torneos internacionales y también por Internet.
Antes de llegar al universo de las picas y reinas de corazones, Barbero ya era uno de los mejores jugadores nacionales de Cartas Magic, un juego de fantasía épica ambientado en una atmósfera similar a la de la saga "El Señor de los Anillos". Formaba parte de la selección nacional, practicaba 8 horas por día y jugaba campeonatos en las principales capitales.
Hasta que "en el 2003 tuve el clic mental", cuenta. En marzo hizo las valijas y se fue a vivir a París, a la casa de uno de sus amigos y colegas de Magic, un francés hijo de uno de los productores de la película "Diarios de Motocicleta". No le fue mal para empezar; ese mismo año clasificó para el mundial de Magic en Yokohama (Japón) donde terminó entre los mejores diez y ganó un premio de U$S 9.500.
De vuelta en Francia, una noche de invierno y por casualidad, descubrió las apuestas virtuales que comenzaban a popularizarse en Europa y los Estados Unidos.
Noticias: ¿Cómo te iniciaste en el póquer?
Barbero: Para el 2003 ya se comenzaba a hablar de las apuestas por Internet. Mi amigo francés me dijo que la mayoría de los jugadores eran muy malos y era fácil ganar.
Veía al francés ganar mucha plata frente a la computadora, en 4 mesas al mismo tiempo.
Noticias: ¿Cuál fue tu primera experiencia?
Barbero: Esa misma noche el pibe se fue a dormir y dejó la computadora prendida. Me metí al juego con su cuenta y arranqué haciendo apuestas de hasta U$S 10 por mano, terminé terrible y sólo en un par de horas había perdido U$S 800. Lo peor es que ese dinero era de mi amigo. Esa noche casi no dormí y tenía ganas de llorar.
Al otro día le contó al francés de su desfalco y le prometió que en poco tiempo le devolvería todos los billetes. El juego era una novedad en la Web. Varios sitios ofrecen a sus usuarios registrarse y hacer depósitos previos en una cuenta personal vía tarjeta de crédito para comenzar a apostar en rondas de juego virtual frente a otros competidores. Luego, las ganancias pueden retirarse a través de cheques o depósitos bancarios.
Noticias: ¿Esa noche decidiste pasar al póquer profesional?
Barbero: Sí, me di cuenta de que si le dedicaba tiempo podía hacerme un sueldo por mes. Al igual que un empleado trabaja ocho horas, yo practicaba ocho horas. Al más constante es al que mejor le va. Además, no tenés ni jefes ni horarios, vos decidís cómo y cuándo jugar y te encontrás todo el tiempo con gente que vive y hace lo mismo que vos. Estuve más o menos un año practicando intensamente y recién a mediados del 2004 comenzó a irme bien.
Noticias: ¿En qué consiste tu rutina diaria de trabajo?
Barbero: Trato de jugar unas cuantas horas todos los días, fundamentalmente de noche, cuando están online la mayor cantidad de jugadores, ya que vuelven de sus trabajos y juegan un par de manos mientras toman algo. El laburo del profesional es agarrar a los amateurs y abordarlos con nuestro juego.
Actualmente existen tres categorías de jugadores en el circuito: los de nivel alto, que ganan más de U$S 500.000 por año; los de nivel medio, U$S 200.000 promedio anuales, y los de nivel bajo, que si bien tienen ganancias muy variables, pueden estar obteniendo entre U$S 5.000 y U$S 500 mensuales. Sin embargo, el ‘sueldo' promedio de un jugador avanzado -como el del argentino- puede llegar a los U$S 10.000 por mes.
Por más. No todo quedó en la computadora. En el 2005 Barbero pasó a los juegos en vivo -"Cash Games", en la jerga- donde se enfrentó cara a cara con otros competidores. En junio arrancó con el pie derecho ganando el Abierto de París (20.000 euros en premios) y tres meses más tarde fue subcampeón de uno de los eventos del Tour Europeo en Barcelona (27.000 euros en premios).
La increíble buena racha lo siguió hasta octubre cuando terminó primero en el Sunday Millon Super Star, el torneo de póquer por Internet más importante del mundo que otorga
U$S 70.000 y donde participan más de 4.000 competidores de alto nivel.
Así es como se clasificó para viajar en junio del 2006 a la World Series (serie mundial) en Las Vegas (Estados Unidos), un cronograma de 41 días y 41 competencias, donde se reparten todo tipo de premios y el mayor es una mesa especial de U$S 12.000.000.
Noticias: ¿Cuál es la importancia de Las Vegas en el circuito?
Barbero: El World Series es La Meca del póquer, si sos religioso del juego tenés que ir. Ahí competí en uno de los eventos y terminé en la ronda final. Ir a estos torneos te hace conocer gente de mucho poder y que tiene un nivel de vida extremadamente alto. Así es como siempre terminás conociendo los mejores boliches de los países más desarrollados, mujeres hermosas y billetes de todos los colores.
Noticias: ¿Cuánto influye el azar en un profesional?
Barbero: Hay una regla de oro: en el póquer gana el mejor, no el que tiene más suerte. Los resultados no se miden en un día o un mes, sino en un año como mínimo. No se puede tener suerte siempre, aunque el azar algo influye. Lo fundamental es la estrategia, eso es lo que les paga a los que se dedican a esto. El mejor jugador es quien hace muchos cambios de ritmo.
Noticias: ¿Cómo estudia la táctica del juego?
Barbero: Hay mucha bibliografía, historias de manos, mejores torneos y videos disponibles. Trato de interiorizarme con los mejores autores y sacar lo mejor de cada uno de ellos. Después se practica en jornadas diarias en módulos de no más de 3 horas, que es el máximo en que se puede mantener la concentración. Antes de hacer esto estudiaba abogacía en la UBA. Dejé la universidad cuando me di cuenta que el póquer era lo mío.
Pablo de Santis | Fotos: Martín Arias y Cedoc
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